lunes, 7 de noviembre de 2011

Esa música de locos

Hoy tenía decidido dedicar este lunes festivo a estudiar para un examen que tengo en pocos días y del cual depende mi pronta graduación como profesional del derecho. Pero se me olvidaba que lamentablemente en este país, y sobretodo en una ciudad tan exageradamente rumbera como la mía, el hecho de poder tener tranquilidad durante un determinado día depende también de los planes que tengan tus vecinos: si deciden que le pondrán como banda sonora a la vida de toda la cuadra una buena tanda de vallenatos, merengues, o lo que ellos decidan escuchar, en palabras castizas, estás jodido.


Por eso mi entrada de hoy en mi blog es básicamente para quejarme. 
Podría llamar a la policía, pero aparte de quedar como la vecina sapa de la cuadra no creo que logre mucho con tal esfuerzo. Sobretodo porque la mayoría de habitantes de esta, y casi todas las cuadras de la ciudad ya están bastante acostumbrados y parece no molestarles.


Debo ser sincera y decir que lo que en el fondo tal vez me molesta aún más es que yo no podría hacer lo mismo si quisiera. Y ya verán por qué se los digo.


Si un señor de edad madura se levantó de ánimo bastante festivo porque cumple años su esposa o su ahijado, o porque simplemente amaneció con ganas de pegarse unos traguitos escuchándo a todo volúmen los clásicos de Diomedes sentando en una mecedora en la puerta de su casa, puede que a los vecinos les parezca un poco exagerado el volúmen, pero es probable que nadie se queje o haga algo al respecto. Es una conducta, que  a pesar del escándalo, parece bastante normal y aceptada.


Ahora imagínense la anterior escena, pero esta vez con un joven de 18 años que se levante ese día particularmente interesado en escuchar el Black Album de Metallica a todo timbal, o sin ir tan lejos, y sin exagerar tanto la historia, un álbum completo de cualquier banda de rock británico, incluso algo tan sonoramente amistoso como los Beatles. 


Seguramente no faltaría la vecina enchancletada llegando a quejarse con los padres del muchacho por la contaminación sonora que de manera irresponsable se emite desde esa casa, sobretodo tratándose de esa música de locos.


Y es triste aceptar lo segura  que estoy de que mis vecinos me montarían sindicato si algún día me despierto con ganas de escuchar a todo volumen algo tan lindo e inofensivo como esto:




Por mi parte, desde que logré un nivel de inglés aceptable en mi formación educativa me sentí bastante interesada por escuchar música en inglés, y actualmente escucho música en francés, portugués, noruego, italiano, alemán, y proveniente muchas partes del mundo, sin intentar decir con ello que sea una persona erudita o con una colección musical digna de admirar, ni que sea experta en cultura mundial. Tampoco creo que sea del todo necesario comprender las letras de todo lo que escuchas, y a veces no se necesita hablar ese mismo idioma para entender la canción. Y para todo lo demás sabemos que está Google.


Personalmente siempre le he dado más valor a la música que siento que ha sido hecha desde una concepción del mundo particular, que traiga elementos novedosos, que no suene ni diga lo mismo de siempre, o solo trate acerca de los temas comúnmente aceptados por nuestra sociedad. Llámese rock, pop, folk, punk, electrónica, bambuco, flamenco, o el nombre que le quieran poner, es lo que menos importa.  
Por lo anterior comprendo a las personas que no se conforman con escuchar solo lo que les ponen en la emisora cuando van en el bus por las mañanas, la canción que repiten cada 40 minutos y que por inercia uno termina por aprenderse.


Más allá de los movimientos musicales juveniles que ha habido a través de la historia, y de todos esos encasillamientos pendejos, la música como expresión artística siempre ha tenido una gran importancia en mi vida, y me parece un refugio válido, y  casi siempre efectivo, frente a las realidades o problemas que pueden afectarnos en un mundo cada vez más complejo.


Mi invitación entonces a todo el que me lea es que viva y deje vivir. Que a mí me puede parecer muy tonta cierto tipo de música, pero es problema de cada quien decidir lo que escucha.


Con todo lo que yo intento respetar los gustos de otras personas, nunca falta el que me pregunta si quiero ir a un concierto de vallenato, y cuando le respondo que no me interesa porque me gusta otro tipo de música, la respuesta más común que recibo es: no me digas que a ti lo que te gusta es pura música de locos. 
Créanme, esos momentos son bastante incómodos, aunque yo soy de las que prefiere no contestar nada ante un comentario tan estúpido como ese.


Gente que no comprende que el rock, sobretodo en nuestros días, tiene tantas variaciones, tantos 'subgéneros' que pueden llegar a sonar incluso más cursis y melódicos que muchas canciones de género tropical, o de música 'normal'.

https://twitter.com/#!/laurasoho/status/111628947032244225


Y les hablo del rock por poner un ejemplo de la música más malinterpretada y a la vez criticada por un pueblo como el nuestro, al que le falta mucho para lograr niveles de tolerancia básicos en casi todos los aspectos para lograr realmente evolucionar como sociedad. Aunque bueno, de los prejuicios nadie se salva, y uno solo se da cuenta de los estúpidos que son cuando es víctima de ellos.


Aquí les dejo la canción que más ha sonado en mi reproductor de música en este día, en el que me tocó ponerme audífonos y procrastinar escribiendo en este blog a falta de la tranquilidad sonora que necesitaba para poder estudiar.  Deséenme suerte en mi examen.









2 comentarios:

  1. Yo como Barranquillero y fan del rock he sufrido de los mismo, te tengo una solución...conseguirse un vecino que le guste el rock :)

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  2. me ha pasado muchas veces....oye niño por que escuchas esa música rara?

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