lunes, 23 de julio de 2012

Amy, amy, amy

Por el nombre de la entrada ya deberán imaginarse acerca de qué se trata. Y en parte tienen razón, en parte no.

Hace un año murió la artista 'pop' que más me ha marcado en muchos sentidos y por diferentes motivos.    Una serie de coincidencias (no podría decir si afortunadas o desafortunadas) han logrado que terminara escuchándola en momentos cruciales de mi vida y que desarrollara con su música cierta afinidad y simpatía. Y bueno, hoy que todos la recuerdan, y yo más que estoy sin mucho que hacer lejos de mi país en una ciudad de la que me he enamorado pero en la que aún soy una extraña, quise dedicarle unas líneas en mi ya olvidado blog.

Más allá de si llevó una vida de mierda o si fue premeditada su partida, creo que lo más admirable de su música y por aquello que merece ser recordada es por su sinceridad. De pocas artistas pop femeninas actualmente se puede decir que su música era tan honesta, tan consecuente con su modo de vivir, las historias de su día a día y su esencia. Amy nunca guardó pose de niña buena ni de diva sexy, nunca negó sus adicciones, sus problemas, simplemente no logró lidiar con sus demonios de la mejor manera y acabaron con ella. Es una historia recurrente en la vida de celebridades de la música. Como dicen por ahí, trágica pero hermosa.

Desde canciones acerca de las chicas de la vida fácil como Fuck Me Pumps, hasta canciones acerca de ella misma, traicionando su hombre como You Know I'm No Good, ella nunca tuvo miedo de mostrar que las mujeres no somos solo dulzura.

Cuando leo que la gente enaltece el 21 de Adele como el mejor álbum de desamor de estos tiempos me pregunto dónde estaban todos cuando salió Back To Black, considerando que ambos fueron lanzados en el mercado británico y para un público bastante similar, pero bueno, para gustos los colores.

Así algunos puristas del jazz y el soul  no lo quieran reconocer para mí en esos dos álbumes publicados antes de su muerte está viva la voz de una mujer tan talentosa y admirable como Billie Holiday.

Tal vez  a muchos les de pereza escuchar un artista luego de que ha muerto porque no quieren hacer parte del montón, de los que llegan a hacerse fans de alguien tan solo porque se murió, así como sucedió en Colombia (y en muchos otros lugares, supongo) con Michael Jackson hace dos años. ¿Cuántos de sus conocidos no corrieron a comprar dvds y a  idolatrarlo luego de su deceso? Incluso gente sin conocimientos básicos de inglés o poco interés en la música anglo lo hicieron y lamentaron su partida y hablaban de su música como si hubiese hecho parte importante de su vida. Pero bueno, en parte es lo lindo del arte, que puede tocarte en cualquier momento, puede cambiarte, hacer parte de ti aunque quien lo ha creado ya no exista más.  Pero en todo caso si nunca le prestaron mucha atención a la música de Amy, de verdad les recomiendo dedicarle un rato esta noche, o mañana, cuando les de la gana y tengan el tiempo.

Por mi parte estoy aprendiendo a no ser tan ridícula de dejar de escuchar un artista porque ya a todo el mundo le gusta, y bueno, seguiré sintiendo aprecio por la música de Amy. En todo caso es cierto que las personas se van pero la música permanece.